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10 de agosto de 2011

Los intentos fallidos para construime en "agente" IV

Foto: Getty Images


Después de la Primavera Negra, cuando detuvieron a los 75 opositores al Gobierno, a través de mi hermana menor, conocí a uno de ellos que había sido excarcelado por enfermedad. Y en la visita a la casa aprecié que su hija era de una belleza absoluta. Creo que fue una simpatía mutua desde el comienzo, y aceptó pasear conmigo, luego ser mi novia.

A decir verdad me burlaba de la disidencia, al menos de aquella que visitaba su casa. La mayoría buscaba aval político para abandonar el país hacia territorio norteamericano. Los padres de mi novia vendían, de su puño y letra, la “evidencia” que luego presentaban en la SINA para la posible aprobación y ganar el status de protegidos de los Estados Unidos. También vendían las donaciones que ofrecía la Oficina de Intereses de los E.U., los radios, cámaras fotográficas, grabadoras, papel de oficina, y los libros de una Biblioteca Independiente que era abastecida constantemente.

Aquellas personas me eran repugnantes por su deshonestidad. Unos mercenarios que se aprovechaban sin misericordia de cuanto estaba al alcance de su mano. Me llamó la atención que la esposa, mi suegra en aquel entonces, no formara parte de las Damas de Blanco. Me dijo que estuvo en contra y las catalogaba de enemigas porque tenían distintas maneras de ver la realidad. Algo que me pareció extraño pero razonable, era su libre albedrío.

Meses después, mi novia me dijo que había sido abordada por un oficial de la Seguridad del Estado y le había pedido que cooperara con ellos. Me dijo que se había negado al asegurarles que era apolítica. Al oficial insistirle pudo comprender que su intención era saber de mí, ¿qué estaba haciendo?, ¿con quiénes estaba interactuando? Le negué, no era posible que estuvieran más interesados en mí que en sus padres. Con seguridad pretenderían que los traicionara, terminé diciendo.

Y ella río convencida de que yo no tenía razón. Hubo segundos de silencio. Supuse que pretendía decirme algo que no lograba captar. Me confesó que no era la primera vez que hablaba con los “agentes”, casi me dio a entender que era una asidua colaboradora. Inferí que traicionaba a sus padres. Pero la mayor sorpresa fue cuando me relató una llamada telefónica de la madre, la cual, antes de hacerla le había pedido privacidad y que se alejara de la cabina, y ella pensando que era un engaño matrimonial contra su padre, se fue acercando sin que su madre se percatara, y escuchó cuando pedía hablar con un oficial y se identificaba como la agente Victoria.

Entonces recordé las historias de su madre subida en la cerca de la prisión del Combinado del Este, exigiendo que le dejaran ver al esposo; que en alguna Mesa Redonda y periódicos había sido mencionada como disidente. Y todo me pareció decepcionante.

No volví a ver a mi novia. La última vez que la encontré regresaba de la SINA, en sus manos llevaba la aprobación de ingreso a los Estados Unidos. Desde entonces comprendí que no vale la pena creer que existen los secretos. Ellos saben más de nosotros que uno mismo. Lo mejor es expresar libremente lo que se siente y lo que se desea.

Y asumir las consecuencias, por supuesto.




2 comentarios:

Malandra dijo...

Impresionante historia. Es como si estuviesemos dentro de una pecera y toda la "elite" a nuestro alrededor escudriñando el mas minimo detalle de nuestro proceder. No me arrepiento de haberme marchado, siento resentimiento por demasiadas pequeñas cosas. Entre en un pre-universitario del Minint con ilusiones de adolescente y cumpli alli mis 15 años metida en la provincia de Sancti Spiritus, de Cabaiguan para adentro ni se cuantos kms, no habia terminado el 10mo grado cuando quise salirme...cuidado !!-dijo mi padre- ahora serias "desertora" y te serraran todas las puertas. Fue como una maldicion, pude terminar el pre externa pero de ahi en lo adelante, no pude ir cuando pedian trabajadores para China, no pude graduarme del curso de Operadora de Larga distancia...donde quiera me salia mi bochornoso pasado de desertora del IPUVMI Israel Reyes Zayas...donde conoci a Antunez de Placetas, era 2 cursos superior a mi. Fui muy infeliz en Cuba, y no quiero regresar (para quedarme) ni el dia que muera, prefiero estar presa aca que alla en libertad. Fue el pais de los enemigos el que me dio la oportunidad de estudiar en College, de hacer mi pequeña empresa, de tener propiedades privadas que no mendingue matando en Angola ni de enfermera en Nicaragua, fueron los enemigos los que me hicieron sentir orgullo de ser ciudadana. Alla en mi tierra, me llamaban "ciudadana" de manera muy despectiva las autoridades aduanales, hasta miedo me daba cuando me decian asi. Suerte amigo Angel, yo tambien sembre mi arbol...pero hasta eso tuve que hacer en la otra orilla. Si algun dia se le ocurre la idea de abandonar el barco, si algun dia no puede con todo el peso que debe soportar...cuente conmigo.

Eduardo Perez dijo...

Porque no identifica, por lo menos por su primer nombre, a su ex novia, la que oyo' a su madre en Cuba llamarse a si misma en conversacion telefonica, la agente del regimen 'Victoria'.